Todos sabemos quién es Pippilotta Viktualia Rullgardina Krusmynta Efraimsdotter Långstrump, más conocida como Pipi Calzaslargas.
Una niña de nueve años con el cabello rojo atado en dos coletas, simpática, revoltosa, con una fuerza asombrosa, de modales "adecuados", con una educación convencional muy limitada que equilibra con una amplia gama de competencias en habilidades domésticas: es capaz de cocinar para sí misma y sus mascotas, limpiar y reparar su casa.
Pipi vive en un pueblo de Suecia, compartiendo su casa, Villa Villekulla con su mono, el Señor Nilsson y su caballo, Pequeño tío, pero no hay adultos o parientes. La ausencia de una "autoridad" es lo más característico de este lugar, haciendo de Pipi una pequeña anarquista que se burla a su antojo de los adultos y al mismo tiempo los fascina con sus historias.
Desde el exterior vemos una fachada muy divertida, pintada en tonos pastel rosa y amarillo. Hay al menos cuatro cubiertas a dos aguas incluyendo la torre que capitanea la entrada, estas cubiertas también coloreadas, esta vez de verde. Esto deja entrever que en esta casa vive una amante de los cupcakes o una niña alocada.
También se observa un jardín descuidado con viejos y altos árboles, ideal para jugar!
El interior de la casa es destartalado al igual que la dueña. Lo que transmite la casa es que es un lugar sin normas, un sitio en el que puedes hacer lo que quieras: saltar por las mesas y estanterías deslizarte por la barandilla de la escalera, andar por el tejado... Todo aquello que suelen prohibir los adultos. Es una casa maravillosa para un niño.
Al atravesar el jardín y el porche de madera y adentrarte en la casa lo primero que ves es un pequeño vestíbulo que conecta con el comedor: mesa, sillas, chimenea y probablemente ropa tendida del Señor Nilsson. Este comedor es a la vez el centro de la casa, si giramos a la izquierda encontraremos la habitación de Pipi con un gran armario con cajones que contiene varios tesoros, una maleta llena de monedas de oro y una pequeña cama en la que duerme con los pies en la almohada, como hacen en Egipto, según ella.
En el recorrido por la casa también hay una cocina llena de cazuelas y cacerolas. El interior de la casa sigue con los colores del exterior pero sin ningún orden, podemos encontrar paredes a medio pintar, incluso dibujos en las paredes.
Cada detalle del hogar de Pipi está pensado para que sientas que estás en un sitio con plena libertad, en el que puedes actuar como quieras y hacer lo que ella hace cada minuto del día.
Pero para comprender como es la villa kunterbunt, lo mejor es ver el momento en el que los vecinos y posteriores amigos de Pipi se cuelan en su casa movidos por la curiosidad.
Me despido, como no podía de ser de otra manera, con la melodía que llevo canturreando desde que he empezado a escribir.
A.K.
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